miércoles, 26 de agosto de 2020

Mercadillo medieval

¡Atiendan vuesas mercedes!

Coloquen a un lado su manto,
oigan a este juglar entre tanto,
pues aquesta historia que canto,
habla de tres momentos de espanto,
y no crean que fue por mucho,
librarme del segador con capucha,
si por pocas no la espicho
siendo todavía un muchacho.

Al primer momento me remonto,
¡voto a bríos!, que no os miento,
caminaba por vereda y monte,
paso firme y bien atento,
empinado balate fue el destino
y cubierto de hojas el estrecho camino,
fui a errar la pisada con tan poco tino
que bastó un leve instante,
y todo yo, posaderas por delante,
despeñóme sin duda siquiera
y por muerto, os juro, allí me diera 
de no ser por el firme asidero
que en mi brazo el de atrás tuviera,
¡no lo cuento!, ¡no lo canto!
y así fue, que por vez primera,
me topé con la calavera,

Avancemos pues, si gustáis,
a la edad de mis dieciséis,
inventando yo y mi compinche
bandoleros de faca al cincho,
de orgullo, conste, no me hincho,
mas tampoco cogeré un berrinche,
íbamos pues, piratas sin bandera
en vehículo de motor a dos ruedas,
con rumbo fijo a la gasolinera,
y es entonces cuando ocurre,
que apenas la manguera agarro
encima del depósito, de la boca, al compadre
se le escurre, encendido, el cigarro,
imaginen ustedes mi cara,
toda mi vida en color proyectada,
en los instantes que el pitillo volara
y tocara en el borde para dar en la calzada,
fue la nuestra una suerte profunda 
¡no lo cuento!, ¡no lo canto!
y así fue, que por vez segunda,
me libré de una muerte rotunda.

En el último relato que hoy les despacho
contaba yo ya con dieciocho,
platicando iba el tío en alegre compaña,
si no lo saben, les digo, el peligro que entraña,
cruzar la calleja distraído en maraña,
con la testa torcida no escuché el eco
ni vi al autobús y en el paso me obceco
agarróme mi amigo parándome en seco,
os digo, señores, por pocas defeco,
¡no lo cuento!, ¡no lo canto!
Después de esto, espero, no les quede hueco,
para más historias donde casi me quedo muñeco.


Las monedas al lado del laúd,
si es menester.

P.D. Poco se habla de lo mal pagada que está la juglaría.

16:10 (II)

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