martes, 3 de noviembre de 2009

La noche caía profunda,
cercana y estrellada.
Cobijando mares de luces,
océanos de escarcha.
Y el silencio helaba...
Soledades reunidas
buscaban en sus almas
consuelos derretidos,
ahogados en lágrimas.
Y silencio sin calma...
Mariposas que ya no vuelan,
y ella que ya no habla.
Mentiras sobre la vida,
confusión sin esperanza.
Y silencio.
Mudas las palabras.
Ciegos los párpados.
Salados los sentidos.
Silencio de espanto.
Profunda caía la noche
por la ladera estrellada
cercanos mares de luces,
silencio que nadie escuchaba.

Y mariposas que ya no vuelan
que ya no mueven sus alas.