martes, 4 de agosto de 2015

Un suspiro malhumorado

Y decían de los temblores y los pájaros en desbandada,
las violentas erupciones, la lluvia de esferas ardientes y ceniza.
De las placas tectónicas reinventando fronteras con sus choques,
de los pueblos engullidos y los colosos de roca surgidos de las profundidades.
Y sabe el hombre de terribles tormentas huracanadas,
de inundaciones, de tornados y de plagas.
De guerra, codicia, hambruna y peste.


Y decían de lo insignificante de nuestra existencia, pues espera a que vean tu mirada en el preciso instante en que te robo tu cojín favorito la tarde de un domingo antes de empezar nuestra película.
Hablamos entonces de miedo primigenio.
De la oscura fuerza incontrolable de la naturaleza.





Y yo sólo soy un hombre, así que ahí tienes tu cojín.
P. D.: Se habla de la esperanza, últimamente...

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