
Vengo de tiempos de placeta,
de pelota gris remendada
y a medio hinchar,
de pantalones parcheados
con olor a hierba,
de risas de chiquillos
con las rodillas siempre ensangrentadas;
yo,
de profesión valiente explorador.
Crecí entre olivo y castaño,
entre tierra
que combatía aún a la urbe;
noches en bancos de piedra,
postales llenas de estrellas
son mis recuerdos;
en la boca llevaba el néctar de los jazmines,
en la nariz, el perfume a azahar.
Era mi mundo mi barrio,
un año era, sin duda, la eternidad;
la inocencia me hacía invencible,
nunca tuve prisa por despertar.
de pelota gris remendada
y a medio hinchar,
de pantalones parcheados
con olor a hierba,
de risas de chiquillos
con las rodillas siempre ensangrentadas;
yo,
de profesión valiente explorador.
Crecí entre olivo y castaño,
entre tierra
que combatía aún a la urbe;
noches en bancos de piedra,
postales llenas de estrellas
son mis recuerdos;
en la boca llevaba el néctar de los jazmines,
en la nariz, el perfume a azahar.
Era mi mundo mi barrio,
un año era, sin duda, la eternidad;
la inocencia me hacía invencible,
nunca tuve prisa por despertar.
Estos versos nacen tranquilos, pausados, con la sonrisa de una infancia feliz...
1 comentarios:
no.. no despiertes.
me acerco a ti
y cubro tus ojos con mis manos.
me acerco a tu oído
y de mi boca florecen madreselvas,
jazmines y azahar.
mis manos te acarician despacio
y penetran en tu piel
como raíces de castaño y de olivo,
empapándote de aquella inocencia
de no querer crecer.
y cuando la noche se hace fría..
y cuando las estrellas empiezan a brillar.. me recuesto a tu lado sobre el padro,
y contemplamos la vida pasar.
para este tren, me quedo en tu parada.
te abrazo my viajante.
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