martes, 28 de julio de 2015

¿Por qué ahora?

Vuelvo.

Me trae el luto de las sensaciones que quedaron muertas sin testigo, las palabras que siempre tengo que decir y no digo y que se me clavan en alguna parte apremiante del ser. 
Porque se han ido y no van a volver, y eso soy yo. En eso me convertí. 
Un charlatán con la voz quebrada, mal negocio, mon amie.

Y a pesar de las idas, fueron tantas las venidas donde pude, 
no lo dude, llenar páginas de vida.
Y sucede que fue la brisa, insípida y despojada, la que me trajo a casa esta vez. 
Ni media epifanía rebosando lúmenes. No señor. 

El perdido gusto de escribirle a las minucias de la vida.
Y poco más.   

Sirva esto como humilde primer ladrillo de un nuevo lugar, 
de un nuevo proyecto enmarcado en unas vías usadas. 
Una nueva estación. Una expresión, la mía.
 


Vuelvo a experimentar. Y de momento...

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