miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Yo?

Durante largos viajes, en cientos de lugares, siempre me acabaron preguntando sobre mi identidad -¿quién eres? -me decían...

Ahora aquí sentado contemplando la ladera, con la perspectiva que te da el tiempo, me pregunto quién soy. Siempre había contestado de forma automática pero eso no es más que tu cáscara, tu seudónimo público, consentido por todos, contentando a todos.

¿Cuántas veces he visto a un impostor actuando en mi cuerpo, engañando a propios y extraños, o quizá, sólo a mí? me cuesta responder tanto como no hacerlo... en realidad no sé quien soy.
Quiero salir de esta sensación, yo me conozco, ¿cómo no hacerlo? vivo conmigo a todas horas, me acompaño siempre, y encima tengo la desfachatez de no saber quien soy. Así es. No hay nada que hacer al respecto, nunca llegas a conocer a nadie, ni siquiera a ti mismo.

Sin embargo, siempre hay cierta circunstancia que me hace sentirme bien conmigo, con el yo que me gusta, que elijo día a día e intento manifestar en todos los aspectos. Esto no se produce siempre, como era de esperar, me pasa a veces, con aquellas personas que me toleran y me respetan, incluida la soledad.
Es así como sé quien soy, cuando puedo compartir total y decididamente mi alma con mi entorno sin que esto suponga una perturbación del equilibrio existente en nuestras relaciones sociales.
El resto de ocasiones, me limito a vivir, sin saber del todo qué reacciones tendré ese día, sin saberme del todo.
Mientras eso pasa ansío el momento de volver a encontrarme, con vosotros, contigo, conmigo.

Gracias por soportarme tan alegremente.

1 comentarios:

El Náufrago dijo...

Viajero - Bueno digamos que siempre me gusta dejar en el aire el texto abierto a la interpretación del que lo lee.

Náufrago - Fíjate lo que te digo: conocerse a uno mismo es no saber describirse.


Un abrazo,
El Náufrago.