lunes, 25 de febrero de 2008

Ruido



El gran Sabina entra en escena en mi tren, estaba tardando en aparecer, pero ya sabéis como es. Su música ha influido en mí en gran medida, y ésta que os presento es una de mis favoritas, que no es poco dado a lo extenso de su obra.
Degustad a este gran maestro, mientras llegan otras canciones que me han dejado huella.

jueves, 21 de febrero de 2008

El gran Bucay

Y dice así:

Este libro es redondo.
Termina tal como comenzó hace tres años.
Con la oración gestáltica de Fritz Perls.
Siento que es la gran llave de las relaciones entre las personas.
Creo que si pudiéramos enseñar esta oración a todos los seres humanos sobre la tierra y consiguiéramos que la recitaran con la convicción total que sólo puede dar la identificación con lo que se dice, si yo pudiera actuar de acuerdo con estas pocas palabras, entonces...

Mis problemas
mis preocupaciones
mis ansiedades
mis decepciones
mis miedos
mis desamores
mis peleas
mis peores cosas para con los otros
DESAPARECERÍAN.

La oración gestáltica de Fritz, según yo mismo, dice:

Yo soy yo.
Tú eres tú.
Yo no estoy en este mundo
para llenar todas tus expectativas
y sé
que tú no estas en este mundo
para llenar todas las mías.
Porque yo soy yo
y tú eres tú.
Y, cuando tú y yo nos encontramos
es hermoso.
Y cuando, encontrándonos, no nos encontramos
no hay nada que hacer.

Gracias y adios...

Este es el epílogo de un libro titulado Cartas para Claudia, obra de Jorge Bucay, que te hace pensar sobre muchos aspectos del mundo que te rodea. Recomiendo encarecidamente la lectura de este autor a aquellos que, humildemente, quieran conocerse un poco mejor a sí mismos.

Una mirada


Flota delante, lo miro, eres tú.
Se mueve deprisa, si miro sigues siendo tú.
Miro su sonrisa, y ahí estás tú.
Me ciega un destello de luz, brota felicidad
donde antes había penumbra,
¿lo adivinas? eres tú.
No hay rincón de mí que mire y no ocupes.
Este que habla es su corazón
y mis ojos ya no ven otra cosa...
más que tú.


¡Mi corazón me habla! me ha pedido que escriba esto, no he podido negarme...

martes, 19 de febrero de 2008

La ventana



Tengo una ventana por la que paso a contemplar el mundo todos los días.
Por mucho que me mueva normalmente suelo ver lo mismo, rara vez cambia el ancho del marco para mostrarme alguna cosa nueva, y eso para mí es bueno, me hace sentir seguro.

Cada día veo el mismo paisaje, reconozco perfectamente cada elemento de lo que se ve desde mi ventana.
He notado que hay días en que las cortinas que llevan ahí colgadas desde que tengo conciencia son de un color diferente al del día anterior, y al asomarme veo las cosas tintadas de modo distinto.
Haga lo que haga no consigo apartar estas telas y estoy empezando a dudar de si realmente conozco el color verdadero de las cosas que siempre he creído mías.

Hoy al mirar por mi ventana he conseguido ver que tenia un vecino que compartía las vistas conmigo, hasta ese momento no me había percatado de su presencia y al principio sentí miedo al verme privado de mi preciosa soledad. Pero enseguida me puse contento, por fin tenía con quien comentar aquel maravilloso paisaje.
¡Qué grande ha sido mi sorpresa al hablar con él!, debía estar loco. Insiste en que todas las cosas que yo siempre he visto igual no son como yo digo. ¡Menudo disparate!. He decidido no volver a hablarle por si acaso me acaba volviendo loco a mí también.

Pasó algún tiempo y él volvió a hablarme, me animó a intentar abrir mi ventana. La abrí receloso, aquello no podía estar bien.
El viento soplaba fuerte ese día, fue sólo un momento, apenas perceptible, las cortinas se abrieron por una ráfaga para volver a su origen nuevamente. Pero yo estaba seguro de haberlo visto. Aquello cambió mi forma de comprender mi entorno para siempre. Por fin lo comprendí todo.

Todos tenemos una ventana al mundo, a nuestro mundo. Si me escondo tras mi marco, me estaré perdiendo las visiones del resto.
A partir de ese día me afané en tejer unas cortinas color transparente para ver la realidad sin deformaciones.

A día de hoy, no he conseguido tejer más que un pequeño área en toda la cortina de ese novedoso color por el que apenas alcanzo a ver. No obstante, estoy orgulloso de haberlo conseguido.
He llamado a ese pequeño trocito tolerancia y todos los días me asomo a él cuando quiero comunicarme con mis vecinos, cada vez más numerosos.

Ellos me cuentan lo que ven, y así esbozo una imagen de la vista que realmente hay tras mi ventana. Por cierto, he concluido que todos estaban ahí, a mi lado, desde siempre. No supe verlos desde mi anterior posición.

P.D.: Mientras vivo mi nueva vida plagada de colores y matices distintos sigo intentando hacer más grande mi capacidad de tolerar, es costoso pero la recompensa lo merece.

Diario de un viajante en busca de rumbo, parte I.

lunes, 18 de febrero de 2008

Otra de las buenas



[...] Si se callase el ruido, quizá podríamos hablar y soplar sobre las heridas, quizás entenderías que nos queda la esperanza [...]
Relájate y disfruta...

domingo, 10 de febrero de 2008

¡Vaya suerte!

¡Vaya suerte que estás aquí!
¡Vaya suerte que estás conmigo!
¡Vaya suerte que te encontré!
¡Vaya suerte que me soportes!
¡Vaya suerte de ti!
¡Vaya suerte de !
y, sobre todo...
¡Vaya suerte que nosotros queramos que sea así!

(Escribo esto al llegar a mi casa y sentirme afortunado, una vez más, de que tú y yo tengamos tanta suerte).

viernes, 8 de febrero de 2008

Algo más que música




Todo ocurre en ese instante en el que la tienes delante, como muchas otras veces ha sucedido, con una canción de tu larga lista de reproducción sonando de fondo, como tantas otras veces... no obstante, algo hace que te estremezcas y notes que ella también lo hace, intercambias intensas miradas... te acercas y te fundes en un cálido abrazo. Acto seguido comprendes que esa canción que estaba sonando te ha unido aún más a su alma cuando te ves bailando lentamente en la habitación abrazado a su mismo sentimiento.

A partir de ese momento esa es vuestra canción, esa ñoña expresión que siempre le has escuchado a tus padres decir con nostalgia ahora cobra sentido para mi joven corazón, ¿me estaré volviendo un ñoño? a quién le importa, mientras me siga estremeciendo al oír la melodía y tu imagen vuelva a bailar junto a mí en mi habitación aunque estés en otro lugar... porque ahora esta es nuestra canción, y desde luego, es algo más que música, un vínculo imborrable sea cual sea el camino que tomen nuestras vidas.
Por siempre tuya y mía, ¿quieres bailar un slow?.

jueves, 7 de febrero de 2008

Vértigo que el mundo pare...



Para comenzar de la mejor manera posible, empecemos con una gran canción de un gran artista como es Ismael Serrano titulada Vértigo. Recomendada por cierto náufrago que de esto entiende un rato. Disfrutad.
Un saludo.

Ofertas de viaje

Gracias por elegir nuestros servicios, en primer lugar debería presentarme. Yo soy el acomodador encargado de hacerte más fácil la estancia en nuestro expreso, también soy el maquinista que hace que se muevan las bielas y los pistones, así como igualmente soy la azafata y el guardia de seguridad...
En definitiva, yo soy lo que tú captes al leer mis vertidos, te propongo un viaje por las vías de mi mundo, sin pretensiones, puedes parar el tren cuando quieras... porque tú has accedido a compartir el paisaje conmigo.
Buen viaje.